martes, 3 de febrero de 2009

Vientos de Cambio


Luego de varias semanas de debates internos alrededor del mes de abril, decidí dejar China. Un país que me recibió con los brazos abiertos desde el primer día y me llenó de experiencias de todo tipo. Experiencias buenas, medias y malas sin distinción, me han aportado una gran riqueza como persona y han sumado mucho a este viaje que es mi vida.

A pesar de sus modos, sus costumbres y sus diferencias los chinos siempre me recibieron aceptando las mías. Para mucha gente son odiosos, sucios, asquerosos pero para mí son simplemente chinos con sus cosas buenas y cosas malas porque las mismas no dependen de las nacionalidades de las personas.

Dejar China no fue fácil. De Allí me vine a Sydney, Australia, donde pasé los últimos 9 meses. Y para mí fue aquí donde viví el shock cultural. Quizás sea por mi devoción por la cultura asiática y porque en aquél continente me siento como pez en el agua, pero adaptarme a una cultura de origen inglés, adaptarme a los modos y reglas de la vida en el tan llamado "primer"mundo no fue algo que ocurrió de un día para el otro sino un proceso que llevó varios meses de adaptación.
No es difícil de ver luego de ya bastante tiempo, que en cada lugar que uno elige estar se ganan cosas y se pierden otras. Quizás lo más duro de enfrentar fue que lo que ganaba estando en Sydney parecía nunca alcanzar para compensar lo que había dejado atrás en China. Ese permanente tire y afloje, se gana algo pero se pierde lo otro. Encontrar balance entre, "aquí tengo lo que no tenía allí pero allí tenía lo que no tengo aquí". Aceptar, que por más equilibrio que uno encuentre nunca se puede tenerlo todo. El tiempo pasó y entré de lleno en la vida australiana. Estuvo muy bien, acá se gana un alto standard de vida sin tener que ser rico ni estafar a nadie, se gana una virtual igualdad con todos los que nos rodean, se gana respirar un aire muy limpio y puro y poder nadar en aguas cristalinas libres de polución, pero también se pierde. La integración a la vida social australiana es muy difícil y aún cuando uno entra por algún rincón, nunca se siente lo mismo. No son latinoamérica, no son Asia. Son ingleses en una isla en el fin del mundo lejos de todo, y abrirle las puertas de la intimidad a alguien nuevo puede llevar muchísimo tiempo y aún así no sentirse igual sobre todo cuando la diversión en Australia es directamente proporcional al nivel de alcohol en la sangre, algo bastante complicado si son abstemios como quien les habla. 

Las diferencias al principio resultaban abismales. Mi primera salida a cenar en Sydney fue a un restaurant chino donde pagué 10 dólares un plato que en china cuesta 40 centavos y se consigue en cada esquina. De la misma manera en el transporte público nadie me aplastaba más ni me empujaban hasta la trituración. El turbio y gris celeste del cielo chino cambió por cielos que encandilan de brillantes. Pero una vida de comodidades en un mundo conocido le restó aventura y emoción a mi vida. La pérdida de insipiración total en la cultura que me circundaba no era compensada con nadar en aguas turquesas bajo cielos azules. 
Así podría citar miles de ejemplos de este ganar y perder. 

Pero hoy estamos en febrero de 2009 y el mundo está siendo tragado por los poderes financieros que lo dominan quienes han inventado esta perversa "crisis" que está dejando sin trabajo a una gran parte de la humanidad (como si ya no hubiera habido muchos antes) entre ellos a mí. 
A raíz de la situación del mundo me gustaría invitarlos a ver la película Zeitgeist: The movie y Zeitgeist: addendum porque tarde o temprano  es necesario un cambio radical y hay que estar informado y mantenerse alerta.

Como un nuevo desocupado debería dejar Australia pronto por temas de visa y volver a encontrar lugar. Dónde será? no lo sé. Volveré a China para seguir contando más historias sobre la misma y revivir este blog para tratar de entrenerlos un poco? No lo sé. Pero eventualmente lo sabrán. Estas situaciones deben vivirse como oportunidades y no como traumáticas.

Por ahora sepan que escribí casi la totalidad (casi, no toda) de lo que quería escrbir de mi año y medio de vida en China. Quienes visitan este blog por primera vez pueden navegar hacia enero de 2007 cuando llegaba al país e ir paso a paso leyendo sobre China, los chinos y vivir en ella y con ellos. Recibo decenas de mails con preguntas cuya mayoría se contestan solas leyendo este blog es por eso que primero los invito a leerlo ya que no siempre tengo tiempo para responder rápido si bien respondo todos y cada uno de ellos. 

Los dejo con algunas fotos finales y hasta la próxima.